La matanza del cerdo, llevada de la misma manera que hace cientos de años.
Qué ilusión!!!!
Volveré a ver una matanza al mismo puro estilo que la presenciaba cuando no contaba más que con unos pocos años de vida en ese pequeño pueblo llamado Narrillos del Álamo.
Allí, envuelta en un gran abrigo para evitar el intenso frio, y a escondidas por el miedo que me daban los gritos del cerdo, veía por una ventana de la casa como mis tios , con ayuda de medio pueblo, sacaban su sangre y quemaban al cerdo,...después bajaba corriendo para ponerme al lado de mi tio y no perder detalle de lo que el cerdo guardaba en su interiror. "Mira Anabel, ves, esto es....., y esto es....., es el animal que más se parece a nosotros por dentro" me contaba encantado mi tio Cándido.
Rehuía de lavar las tripas, no soportaba el olor, pero guardo en mi memoria, como si fuera a fuego, la imagen de mi tia y mi abuela agachadas lavándolas en un cubo.
Después me encantaba darle a la manivela para que todo la carne se picara muy bien y fuera metiéndose en las tripas formando así los chorizos que luego colgaríamos en la habitación más fresca de la casa.....
QUÉ RECUERDOS, HERMOSOS RECUERDOS!!!
Recuerdos que voy a refrescar el sábado día 8 de Diciembre, con alegría de un recuerdo precioso y con la pena por la falta de esa tía mia que tanto me enseñó sobre las matanzas.
Espero, que los más pequeños puedan disfrutar como yo lo hice en su tiempo y recordarlo pasados los años de la misma forma que yo lo estoy haciendo ahora.
